El Triatlón de los Châteaux
Cuando se unen los Domaines
Los equipos franceses de los Domaines Barons de Rothschild Lafite personifican el espíritu de la familia, en carne y hueso y sudando. Retazos de un día frenético en Lafite.
Cuando se unen los Domaines
Los equipos franceses de los Domaines Barons de Rothschild Lafite personifican el espíritu de la familia, en carne y hueso y sudando. Retazos de un día frenético en Lafite.
Clarea el viernes 7 de julio de 2023 y hace un tiempo estupendo. Los racimos de uvas se doran al sol, con la seguridad de no ser molestados: aún queda lejos la cosecha, y han sido testigos, desde sus parcelas, de la preparación de un recorrido inusual… 400 metros de natación, 35 kilómetros de ciclismo y una carrera de 10 kilómetros entre los viñedos aguardan a los equipos franceses de los Domaines Barons de Rothschild.
Llegados desde sus respectivas bodegas -un logro logístico dado que el Tour de Francia pasaba por Burdeos ese mismo día- los trabajadores están oficialmente de permiso. Pero para sus músculos, es todo lo contrario. Ya sea en solitario o en grupo, en una sola disciplina o en toda la prueba, ya sea entrenados por un colega o motivados por una compañera: todas y todos participan a su manera.
La idea original de esta jornada deportiva en las tierras de grandes vinos lleva la firma de Paul, el compañero de Saskia de Rothschild. Después de volver a disfrutar del deporte durante el confinamiento, imaginó un triatlón para su familia. Saskia copió de inmediato la idea para la gran familia de los Domaines. Con la ayuda de Benjamin Sanson, campeón de triatlón, se lanzó la primera edición en 2021, con la ilusión de celebrarla cada dos años en Lafite.
Pero regresemos al aquí y ahora para tomarle el pulso a nuestros 320 corredores, caminantes, seguidores y voluntarios de Lafite, Duhart-Milon, Aussières, Rieussec, Paradis Casseuil y L’Evangile.
Los brazos… baten el agua como si tuvieran alas. Impulsan a los nadadores a través del lago de Hourtin, a pocos kilómetros del Château Lafite Rothschild. La luz de la mañana es tan dorada como una medalla… de oro. El Barón Eric, amuleto de la suerte, se presenta primero en bata y luego en traje de neopreno. ¡Adelante!
Las piernas… impulsan con fuerza los pedales para recorrer los treinta y cinco kilómetros a través de los viñedos de Lafite y Duhart-Milon. Lo que todavía estaba mojado se seca en un instante. Una participante sigue adelante a pesar de que sus frenos están casi bloqueados: el poder de la determinación. La bodega está a la vista y las mochilas preparadas.
“Este triatlón es un trabajo en equipo. ¡Gracias a Kevin Sourigues! Me animó a comprarme la bicicleta el verano pasado, y ha sido mi entrenador, pedaleando a mi lado y dándome consejos. Sin él, no lo habría conseguido.»
– Thomas Molina, responsable de transportes y envíos.
Los pies… completan dos vueltas bordeando las pantanos y conducen a través del bosque hasta los viñedos de Duhart-Milon antes de regresar a Lafite. ¿Se extraviaron las zapatillas de deporte? Un corredor no duda en empezar la etapa en calcetines. ¿Las zapatillas sí están, pero no los calcetines? Una ampolla antológica se lucirá con orgullo. Los últimos metros hasta el castillo los recorren animados por los espectadores y bajo un sol ardiente.
Las manos… lanzan, apuntan y charlan, lejos de la carrera. Los 41 equipos del torneo de petanca se enfrentan con seriedad y buen humor. Otras manos hacen remates con un balón de voleibol. Y otras comienzan a abrir las ostras y descorchar el rosado de Aussières.
Los corazones… laten con fuerza cuando los ganadores suben al podio para recibir sus premios. Gran orgullo: en la familia no sólo hay aficionados del vino, sino también deportistas de alto nivel. Y, sobre todo, un compañerismo excepcional. Los mágnum de Lafite 2001 y 2006 son trofeos que se comparten.
«De todos los triatlones en los que he participado, este se lleva el premio al podio más bonito: frente al castillo, rodeado de colegas y amigos. ¡Una auténtica alegría después de habernos pasado meses hablando de esto en la cafetería!»
– Kevin Sourigues
«Fue una prueba individual, pero respaldada por todos. Nunca podría haber terminado sola: los ánimos de mis colegas y los consejos de los más experimentados me motivaron para llegar al final.»
– Xuan Nguyen-Mazel, responsable de desarrollo comercial en Europa.
«Conocía bien el recorrido, había participado en el primer triatlón. Así que me improvisé guía y pude ayudar a otros participantes que no sabían por dónde ir. Una pequeña pausa por una buena causa: al final, nadie se perdió.»
– Jerôme Bissireix, viticultor adjunto en Lafite Rothschild.
«Nos enfrentamos de nuevo a los mismos adversarios que hace tres años, en otro campeonato. ¡Una gran revancha!»
– Stéphane Garcia (tractorista en el Domaine d’Aussières) y Stéphane Villar (jefe de cultivo adjunto en el Domaine d’Aussières).
Los estómagos… no permanecen vacíos durante mucho tiempo. El almuerzo, en un ambiente festivo, acoge a todos a la sombra de los castaños. ¿Qué hay para comer? Ostras y patés como aperitivo, luego un cordero asado a la parrilla, preparado por el maestro asador de la región, seguido de bandejas de quesos y deliciosas tartaletas de frutas. ¿Y qué se bebe? Blanc de Duhart-Milon 2020 y R de Rieussec 2021, antes de pasar al Altan d’Aussières y al Lafite 2003. ¡Por la familia!
Los Domaines Barons de Rothschild Lafite agradecen su participación a los 19 atletas que completaron el triatlón, así como a los 29 equipos, los 55 caminantes, los 37 voluntarios y los 82 jugadores de petanca.