Un viento de libertad sopla sobre los Primeurs
Para celebrar los Primeurs del año 2023, hemos sometido cada uno de nuestros vinos a la libre interpretación del Test de Rorschach.
Para celebrar los Primeurs del año 2023, hemos sometido cada uno de nuestros vinos a la libre interpretación del Test de Rorschach.
Estimar la calidad de un vino antes de que haya terminado su crianza y su embotellado es un ejercicio peligroso. Esta es la idea de la semana de los Primeurs, cita ineludible de la primavera para los grandes vinos de Burdeos.
Ha sido necesaria una crisis económica de los vinos de Burdeos para que los Primeurs tomen la dirección que conocemos hoy. Volvemos a los años 70, cuando las primeras propiedades vitivinícolas empezaron a considerar que la influencia de los comerciantes se estaba volviendo demasiado importante y se atrevieron a organizar directamente en el Château catas de su vino, aún en proceso de crianza. El boca a boca funcionó, los periodistas difundieron la información y pronto los Primeurs se generalizaron.
Hoy, la tradición perdura para los grandes vinos de Burdeos, aunque se organiza de una manera diferente.
Todos los años, críticos, periodistas, sommeliers y comerciantes hacen un recorrido de los grandes vinos durante la primavera. Sus notas y opiniones ayudan a orientar las compras de los futuros consumidores y futuras consumidoras.
A cada vino su interpretación
Si la degustación de un vino es un ritual codificado, la libertad de cada uno de catar según su gusto es aún más esencial cuando se trata de detectar su potencial antes de que finalice su crianza. Cada uno degusta con su historia, sus referencias, sus asociaciones de ideas. El ejercicio es una oda a la creatividad, ¡ un llamado a la libertad!
Este año, para celebrar la libre interpretación, cada vino fue sometido al Test de Rorschach, nombre del psiquiatra suizo que lo inventó en los años 1920. Este test consiste en una serie de diez láminas ilustradas con manchas de tinta simétricas. Se supone que las interpretaciones de las personas evaluadas son indicativas de su personalidad. Proyectarían su inconsciencia, sus deseos y sus gustos en estas imágenes abstractas.
Por nuestra parte, no hemos esperado a que un gesto torpe derrame una copa aún llena sobre la mesa para apreciar la forma de una mancha. Antes de centrarnos en cada uno de nuestros cuatro vinos en Primeurs, empecemos con el que se impone como nuestra guía a todos: el Tiempo.
El Tiempo, ese maratonista travieso
Para cultivar nuestras viñas y producir nuestros vinos, siempre tenemos que tratar con el Tiempo. Este año, se improvisó atleta, maratonista adepto del entrenamiento fraccionado, alternando largos períodos de lluvia y olas de calor. Una proeza renovada dos veces. Si el invierno y la primavera nos habían acostumbrado a empezar el año bien hidratados, las precipitaciones de verano nos sorprenden más.
A fines de junio, las temperaturas son altas pero sigue lloviendo, lo que nos hizo temer el tizón tardío. Julio y agosto siguió siendo lluviosos, con tormentas. Luego, a fines del verano, se sucedieron dos olas de calor. Esto nos puso en estado de alerta: las vides no estaban acostumbradas a olas de calor tan tardías. Es un maratón pero mantuvimos el ritmo, prolongando nuestras cosechas, especialmente con nuestros últimos Cabernet franc del Château L’Evangile, en Château Lafite Rothschild y Château Duhart-Milon.
Esta añada 2023 no fue una carrera contra el reloj, sino una carrera con el Tiempo.
No es necesario ser excéntrico para hacer sentir su presencia
Todo es cuestión de relación de fuerzas: como en esta ilustración donde adivinamos dos individuos que se enfrentan y se apoyan, el año 2023 nos ha enseñado lo valioso que es el arte del equilibrio.
Las parcelas están vivas y cada etapa del desarrollo de las viñas es cuestión de minuciosidad. Se trata de observar, adaptarse y reaccionar ante los elementos. Aunque los largos períodos de calor que siguieron a varios meses de lluvia hacían temer un choque, las viñas de Château Lafite Rothschild continuaron sus trayectorias con serenidad. Hasta la extracción y el ensamblaje, todo se trató de operaciones milimétricas.
Este año nace del ensamblaje una potencia tranquila.
El Tiempo nos ha definitivamente jugado una mala pasada. No fue fácil decidir las fechas de cosecha de las parcelas de Carruades de Lafite. Fuimos a probar las bayas de Cabernet, luego de Merlot, para determinar cuándo las parcelas estarían finalmente listas. Seguimos nuestra búsqueda hacia un gran Carruades que cuente su añada.
El resultado: en esta danza sabiamente orquestada, terminamos encontrando no cuatro variedades de uva, sino dos aliados perfectos que se bastaban a sí mismos. Este año, se honran el Merlot y el Cabernet-Sauvignon, dos liebres que hemos conseguido atrapar en el momento justo.
Como lo ilustran estas dos figuras en movimiento que se miran, nuestros Carruades son la unión de dos cepas de uva que se apoyan una sobre la otra.
No dejen que las apariencias les engañen: si bien se hace arrogante al llegar con su Harley, en el fondo, su corazón (de arcilla) es tierno, su trayectoria perfectamente clara y su fidelidad inquebrantable.
Las incertidumbres de 2023, con sus precipitaciones regulares y sus temperaturas elevadas, presagiaban dificultades. Pero Duhart nos sorprendió con su resiliencia. Se mantuvo firme, dejando adivinar la madurez de sus viñedos. El relevo está asegurado con las uvas de las plantaciones iniciadas en 2016 – las parcelas ya se unen a la familia del gran vino.
El ensamblaje se impone por su densidad y su fuerza tranquila. Nuestro motociclista puede volver a la carretera: en el horizonte, una larga línea recta lo espera, sinónimo de libertad.
Ahora, les toca a ustedes jugar, confrontando sus interpretaciones con el Test de Rorschach… y los vinos que ilustra.
El Tiempo nos ha definitivamente jugado una mala pasada. No fue fácil decidir las fechas de cosecha de las parcelas de Carruades de Lafite. Fuimos a probar las bayas de Cabernet, luego de Merlot, para determinar cuándo las parcelas estarían finalmente
Nada está adquirido, nada dura. Es lo que nos ha enseñado el Château L’Evangile con esta añada. Si los años anteriores nos acostumbraron a una preponderancia del Merlot frente al Cabernet franc, la distribución esta vez resultó ser mucho más equilibrada.
¿Y qué mejor ilustración que esta combinación de formas coloreadas? Visible de inmediato, nuestro Cabernet franc sobre grava, rojizo, se impone. Este año, rodea la fineza de nuestros Merlot sobre arcilla, en azul, que se elevan como una flecha.
Se volvieron a repartir las cartas. La cosecha de las parcelas jóvenes de gravas, iniciada a principios de septiembre a diferencia de lo habitual, lo demuestra perfectamente. Las temperaturas que se disparan aceleran la maduración: revelarán deliciosas notas de frutos rojos en el ensamblaje. El cambio se hace, y finalmente se crea… un equilibrio perfecto.